Madurez Espiritual
Ef 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto (maduro), a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
La palabra “espiritual” ocurre unas 25 veces en el Nuevo Testamento, y más que 50% de las veces en 1Corintios. “Espiritual” refiere a las cosas de Dios (pensamos Espíritu Santo), y no es algo bien definido sino una inclinación hacia a Dios que marca la vida de la persona.
Pablo nos presenta el deseo de Dios, que seamos adultos, y no niños. La idea es que el ser niño cuando ya debemos ser maduros es un problema, una falla espiritual. En este folleto exploramos el carácter de niños contrastando esto con lo que es un adulto, un persona con madurez espiritual.
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